domingo, 28 de maio de 2006



La noche triste y oscura, vigila mi mente enajenada...
y el reloj despierto de tus ojos, me habla discretamente
ocultandóme un secreto, un pequeño secreto...


Avispas, si, eran avispas las que me rodeaban,
las que bebían de mi corazón coagulado
una sangre marchita,una sangre divina...
con sabor a sal, con sabor a sangre...








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